Sunday, July 16, 2006

Sistema departamental en la UV racionalizaria recursos



Universidad Veracruzana


Xalapa, Equez., Ver., domingo 16 de julio de 2006.



La última reforma universitaria, impuesta por los estados
Sistema departamental en la UV racionalizaría recursos: Roberto Follari

· Es necesario usar los recursos que ofrece este sistema, pero también buscar sus eventuales fallas, aseguró el académico argentino
· La interdisciplina, posible en el sistema departamental y en el convencional

Juan Carlos Plata

El sistema universitario departamental es una forma más racional que otras para usar los recursos que se tienen, pero es necesario buscar las eventuales desventajas parciales que pudiera tener para compensarlas y aprovechar los beneficios, que en general son considerables, aseguró el catedrático e investigador de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, Roberto Follari.
Durante su conferencia La reforma universitaria en América Latina y el futuro de la departamentalización, organizada por el Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana (UV), el especialista argentino afirmó que los departamentos al interior de las universidades son menos conservadores que las formas de organización por Facultades y centros de investigación, y tienen un componente de funcionalidad hacia el estudiantado –lo que tiene que ver con temas de calidad académica.
“Otro aspecto positivo, es que al juntar a la gente por áreas disciplinarias, se favorece la investigación disciplinaria, porque se crean espacios en común en los que la gente que regularmente no investiga, pueda hacerlo; y en cuanto a la docencia ahorra recursos porque alguien de un departamento puede trabajar dando clases en más de una carrera”, sostuvo.
El autor de diversos libros sobre posmodernidad y sus efectos en Latinoamérica, aseguró durante su intervención que en los países de América Latina se han llevado a cabo tres grandes reformas a los sistemas universitarios: el primero en Argentina en la década de los 20, que introdujo la idea de la autonomía universitaria; la segunda en México y Brasil, en los 70, cuando se masificó el ingreso a las instituciones de educación superior; y otra más en los 90, que se ha dado en toda la región y que ha introducido las nociones de evaluación externa y planificación de las universidades.
Esta última reforma –aseguró Follari–, ha traído consecuencias no del todo benéficas para las universidades como la mercantilización de las instituciones, ya que, al ser promovida por el Banco Mundial y la corriente neoliberal, se ha buscado el financiamiento externo, que más allá de facilitar las actividades de docencia e investigación, en muchas partes se plantea como el hecho de que aquella institución que consiga más financiamiento de empresas o de gobiernos, será más apoyada por el presupuesto gubernamental.
“La planificación que se suele exigir a la educación contrasta –en el periodo neoliberal–, con la desplanificación de la economía y eso es interesante. En sistemas de economía desplanificada –como las de los países latinoamericanos–, en el que la inversión fluye acorde a las condiciones del mercado, se suele exigir que la educación esté acorde al mercado de trabajo, y se produce la idea de que hay que planificar la educación para una economía no planificada. Esto es contradictorio, pero lo peor es que lo que siempre falla es la educación, a nadie se le ocurre decir que lo que está mal es la producción o el mercado de trabajo”, advirtió Follari.
Esta reforma, señaló el investigador, no estuvo forjada en los ámbitos académicos, sino que fue impuesta por los estados, más allá de que los propios universitarios tenían la idea de que algo había que cambiar.

Interdisciplina y universidad
El investigador argentino explicó que durante un muy buen tiempo se dijo que la interdisciplina era consecuencia lógica del cambio de las estructuras universitarias para hacerlas departamentales, pero ahora ya hay corrientes que aseguran que para lograr la interdisciplina, lo que hay que hacer es alejarse del modelo departamental.
“La interdisciplina es una manera de trabajar que es científicamente útil si se hace bajo ciertos criterios, y que requiere tiempo. Pero está claro que para que esto funcione tiene que haber criterios epistemológicos y operativos, no se trata solamente de juntar las disciplinas o tirar las disciplinas ya existentes”, sostuvo.
Follari mencionó que hay una nueva visión de la interdisciplina que, al no estar suficientemente meditada, se mezcla con la cuestión departamental de un modo sumamente confuso.
El académico de la Universidad de Cuyo, en Mendoza, Argentina, aseguró que las universidades son instituciones de base pesada, que tienen una forma de organización altamente descentralizada, en la cual la legitimación académica y burocrática van por lados diferentes, “de tal manera que las autoridades administrativas no suelen ser tomadas como autoridades académicas y por lo tanto los académicos no asignan legitimidad a los mandatos de las personas que están a cargo de la gestión”.


Pie de Foto:
Roberto Follari, catedrático e investigador de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.

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